El siguiente artículo muestra información sobre Anemia ferropénica: Carencia de hierro.
Este artículo pretende aportar información sobre nutrición y salud con caracter divulgativo y sin pretender sustituir la opinión de un profesional de la nutrición o de un médico.
Si tienes problemas de salud o dudas relacionadas con este artículo, Anemia ferropénica: Carencia de hierro, te sugerimos que los consultes con tu médico o nutricionista.
El tipo más frecuente de anemia es la anémia ferropénica. Es común encontrar en los recién nacidos y en niños entre 6 meses y 2 años que la padecen. Debido a la gran crecimiento en este momento de la infancia, las reservas de hierro en muchas ocasiones no son suficientes y como resultado, los niños contraen esta enfermedad.
Las adolescentes tienden a hacerlo debido a la menstruación y al crecimiento rápido. También debemos considerar la dieta actual de los niños, muchas veces pobre en la carne y legumbres y otros alimentos ricos en hierro, lo que aumenta el riesgo de anemia aún más.
En el caso de los niños que no comen adecuadamente, puede darse, no sólo la falta de hierro, sino también la falta de otros nutrientes, como vitaminas, calcio, proteínas, etc
Por eso es aconsejable que las madres no permitan que los niños elijan todos sus alimentos, sino que los guíen correctamente en su casa para que su alimentación sea completa y equilibrada.
La anemia se detecta por los bajos niveles de glóbulos rojos (medidos por el hematocrito y la hemoglobina), siendo estos los glóbulos rojos de color más claro y más pequoñas, por lo que su funcionamiento se ve reducido.
Los bebés en periodo de lactancia recibirán suplementos de hierro al día, a partir de alrededor de 4 a 6 meses de edad.
Un niño con anemia es se cansa fácilmente, gana poco peso y tiende a enfermar.
Este tipo de anemia puede afectar a su vida, afectando a todos los órganos (la hemoglobina transporta el oxígeno a las células y cuando disminuye, su función es incompleta).
Evitar la anemia por carencia de hierro
- Dar el pecho al bebé ya que es el alimento ideal (la cantidad de hierro de la leche de la madre es menor que el hierro de la leche artificial, pero tiene la característica esencial de tener una mayor absorción, es decir: tiene menos de hierro, pero se absorbe más).
- Dar suplementos de hierro a tu hijo cuando esté indicado y durante el período de tiempo necesario.
- La dieta del niño debe ser completa y variada: carne, verduras, frutas, cereales, etc
- En el caso de la anemia el niño tiene que recibir tratamiento con hierro en dosis altas y constantemente hasta lo indique el pediatra.
- Para absorber mejor el hierro, hay que separar las comidas (30 minutos antes o 2 horas después) y si es posible con el jugo de naranja o pomelo (vitamina C aumenta su absorción).
- Lleva a tu niño a un control de salud mensual durante el primer año de vida. Tras el primer año y hasta los 2 años debe hacerse un chequeo una vez cada 3 meses.
Los niños mayores deben visitar al pediatra dos veces al año para comprobar su salud.
El pediatra es el que va a descubrir este tipo de problemas en base a la oscultación, la historia clínica y el examen físico y si es necesario, algún tipo de análisis.
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